las maneras de ser güevón: 3) el amor institucional
18 años y ya en el Opus Dei. Un día caminando por la universidad me encontré un amigo con el que hacía tiempo que no hablaba y le conté que ahora era miembro de "la obra de dios". Él me miró escéptico y me dijo: "Pero yo sé que usted es como yo". Yo, con mucho miedo de lo que quisiera decir, y poniendo cara de no haber entendido le dije: "¿Como usted?" Él se dio cuenta de que yo no quería hablar del tema y se fue. Yo sabía a qué se refería, a que éramos maricas, y cómo un marica podía estar metido en el opus. La decisión la había tomado pensado que ser numerario era una "llamada de dios" -lo de la llamada de dios, o vocación, lo oye uno desde el primer contacto que tiene con el opus y sus actividades. Así que no se les haga raro que me haya sentido "llamado". Al final nadie llama, ni hay iluminaciones sobrenaturales. Simplemente uno se convence de la bondad de vivir de esa manera. Y en el fondo fondo, por lo menos en el caso de los que